Por Eduardo Anguita y Daniel Cecchini para InfoBae – 25 de Enero de 2020
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La Negra debió exiliarse a principios de
1979, luego de ser detenida cuando daba un recital. Volvió 3 años después, sin
pedir permiso a los militares, e hizo 13 presentaciones a sala llena en el
Teatro Ópera. Daniel Grinbank y los hermanos Lococo, empresarios teatrales,
fueron los artífices de ese regreso.
Mercedes Sosa acompañada por José Luis Castiñeira de Dios el día que volvió al país luego de tres años de exilio
Fabián Matus fue el encargado de dar respuesta a las exigencias de los enviados de la dictadura y dejó escrito que “(En los días previos) llegaron llamados telefónicos para cumplimentar todo lo que no se había hecho con antelación, entre ellos pasar por la Superintendencia de Seguridad Federal. Fui yo a la entrevista, y luego de un sermoneo con voz alta y de mando, con la pistola desenfundada sobre el escritorio, un par de horas de conversaciones, me vi en la necesidad de negociar. La mayoría del repertorio de la mami figuraba en el listado de canciones prohibidas. Eran épocas de Doctrina de Seguridad Nacional, de Ley de Seguridad Nacional. De canales de televisión intervenidos por militares, y también algunas radios, pero en todo caso, el ente que regulaba los medios de comunicación estaba al mando de un militar.”
El joven Matus no se amedrentó por la pistola en la mesa
y hasta logró más de lo que esperaba: “Tuve que negociar con este oficial de la
policía que nos dejase interpretar casi todo el repertorio de la mami, excepto
Fuerza, de José Luis Castiñeira de Dios y Susana Lago, y La carta de Violeta
Parra. No hubo caso, se plantó con esos dos temas. Pero sí se podían
interpretar Fuego en Anymaná, Canción con todos, Cuando tenga la tierra,
Guitarra enlunarada, Sueño con serpientes y Triunfo agrario, entre muchos más”,
relató.
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