Calatrava asegura que el conjunto que forma el Auditorio de Tenerife es "homogéneo desde la distancia, pero con la cercanía, esa homogeneidad se rompe en múltiples planos, de modo que, según esté ubicado el espectador puede apreciar perspectivas muy diferentes". El ala que emerge sobre el edificio es una estructura curva que arranca desde la parte posterior y se va afilando hasta acabar en punta arropando la totalidad de éste en sentido longitudinal. El efecto que produce, señala Calatrava, es de "irrealidad, de desafío a las leyes de la física, debido a su atrevida forma y a sus dimensiones colosales".
El esqueleto del ala está formado por una estructura metálica de chapas de acero con un entramado interno de vigas del mismo material. El recubrimiento del edificio es de hormigón blanco en la parte inferior del ala y en la superior y paredes se ha utilizado material cerámico blanco (trencadis). El conjunto tiene la forma de un ojo, en el que el edificio en sí forma la pupila y los espacios que lo rodean son el globo ocular.
El Auditorio de Tenerife dispone de una sala principal para más de 1.700 localidades y una sala para música de cámara, con capacidad para 440 personas. La mayor de las salas tiene una anchura de 15,60 metros y una profundidad de 14 metros. El conjunto se ubica en una parcela de 24.600 metros cuadrados en el frontal marítimo de Santa Cruz de Tenerife y ocupa una superficie de 6.740 metros cuadrados, dedicándose el resto a jardines, plazas y zonas de acceso.
La obra, entre otras características, ha cuidado mucho, apunta Calatrava, el aspecto exterior, así como el sonido interior. La sala está preparada para que, comenta Calatrava, "la reverberación de la música sinfónica tarde dos segundos en ser percibida, mientras que los sonidos de la ópera logran ser escuchados en 1,6 segundos". Además de esta novedad acústica, se ha construido un escenario móvil adaptado a las características de cada género y su representación.
Los sonidos de la Fanfarria Real, de Krzysztof Penderecki, interpretados por la Orquesta Sinfónica de Tenerife, dirigido por Víctor Pablo Pérez, serán los primeros que se escuchen en el nuevo auditorio canario. El programa incluye además el Concierto número 5 en mi bemol para piano y orquesta, de Beethoven, con el pianista Mikhail Pletnev, y el Te Deum, de Anton Bruckner, con el Orfeón Donostiarra y los solistas María Orán (soprano), Liliana Nikiteanu (mezzo), Kurt Streit (tenor) y Josep Miquel Ramón (bajo).
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