lunes, 14 de junio de 2010

El gestor y su inocultable apasionamiento


El Observador Cultural ha nacido tras la idea de vincular variados niveles de información relacionados a temas de Gestión Cultural, Políticas Públicas, Economía, circulación de Bienes y Servicios Culturales, Tecnologías, Derechos, Patrimonio, etc.

Pero más allá de esa búsqueda original, nuestra intención es destacar la persona del gestor cultural. El gestor y su inocultable apasionamiento. La pasión del gestor puesta al servicio de la cultura.

Jóvenes músicos cargando equipos e instrumentos, artistas plásticos mudando sus obras en un taxi, actores con clavo y martillo construyendo escenarios, amigos de artistas repartiendo afiches y gacetillas que pocas veces son efectivamente publicadas, programas confeccionados artesanalmente, bailarines trepados a escaleras direccionando luces, son algunas de las típicas escenas de postal en esta fantástica actividad que en términos generales podríamos definir como “gestionar cultura”.

Ahora bien: deberíamos también preguntarnos si existen otros momentos en los que no alcanza con la pasión y el entusiasmo. De hecho que sí. La necesidad de afrontar nuevos y mayores desafíos conduce inevitablemente a otros escenarios donde las capacidades demandadas implican mayores niveles de complejidad. A esa situación podríamos denominarla: profesionalización, y sólo se arriba a ella a través de la experiencia y la capacitación

Aquí la eficiencia es imprescindible, los resultados mandan, los tiempos valen oro, las decisiones son interdisciplinarias y de enorme complejidad, las planificaciones son inapelables. A diferencia del gestor amateur que vive enamorado de sus proyectos, el profesional debe vivir obsesionado por los resultados, porque tanto en el ámbito privado como en lo público, administra recursos que no le pertenecen y debe, además, lograr satisfacción y reconocimiento en el público, en los demandantes de bienes y servicios culturales, en los ciudadanos que con sus impuestos financian las políticas culturales.

El Observador Cultural, en este camino, ofrece información para el análisis y el debate entre gestores. Distintas posturas y soluciones para problemas comunes. Pensemos que posiblemente las dificultades que hoy nos agobian ya han sido resueltos por otros, y que los obstáculos que nos retrasan y complican ya se dieron anteriormente. Pensemos que de todas las experiencias se aprende y de los buenos ejemplos, mucho más.

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